LA HOSPITALIDAD HACIA UN HIJO DE DIOS,
ES RECIBIR AL QUE LO ENVIÓ,
Y ES RECIBIR A JESÚS, Y AL PADRE.
HEBREOS, 13:2, No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
HEBREOS, 6:10, Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
MIQUEAS, 6:8, Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
EN DIOS, AL SER HUMANO, SE LE CONOCE POR SUS VIRTUDES, QUE SON LOS FRUTOS QUE EL AMADO ESPÍRITU SANTO IMPRIME A TODO AQUELLA PERSONA QUE DESEA SOMETERSE A DIOS. Y ÉL, PIDE LA HUMILDAD, AMOR, MISERICORDIA, JUSTICIA,
GÁLATAS, 5:22-23, FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO:
22, Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
QUE SE REFLEJAN EN LA OBEDIENCIA A LA PALABRA DE DIOS, EN CRISTO JESÚS. PERO SI NO SE PREOCUPAN EN HACER TESOROS EN LOS CIELOS, EN VANO SE AFANAN EN AMONTONAR RIQUEZAS MATERIALES, COMO MEJOR POSICIÓN EN LAS DIFERENTES ÁREAS DE LA VIDA. UN DÍA RENDIREMOS CUENTA A DIOS, ALLÍ NO SOMOS MAS QUE UNOS SERVIDORES HIJOS DE DIOS, QUE EN LA TIERRA EXTENDIMOS SU PALABRA, QUE ES VIDA ETERNA, VERDAD Y EL VERDADERO CAMINO AL CIELO. DOY GRACIAS, A TODAS AQUELLAS PERSONAS, QUE HAN DESPRECIADO LAS PALABRAS DE DIOS, COMO DICE EL EVANGELIO, DIOS LES DICE A LOS DUROS DE CORAZÓN QUE DESECHARON A UN SERVIDOR DE DIOS:
SAN SAN MATEO, 10:40-42, Recompensas de DIOS, en Cristo Jesús:
(Mr. 9.41)
40, El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
41, El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.
42, Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
MATEO, 10:14, Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
APOCALIPSIS, 3:20, He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
LIMA-PERÚ.- 05 DE SEPTIEMBRE DEL 2018.-
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